domingo, 30 de enero de 2011

ALICIA


Me escapé con una señorita con alas. Ella trabajaba matando princesas y se desmayaba bailando rock. La conocí en un motel sin carretera. A las afueras de las afueras. Donde solo habitan locos sin cura, perdedores convencidos, ganadores retirados y gente como tú y como yo. Viajaba con un gato persa al que me confesó liquidaría cuando se enamorara. Esa noche lo ahogamos en el retrete sin compasión. Pobre retrete, quedó lleno de pelos.

Antes de que me llevara con ella a volar, me dio unas caladas de un cigarro con polvo de estrellas. Lo que algún vicioso con alma de poeta bautizó como un nevado. Y tocamos nuestro cielo. Le puse un anillo de lata y nos casamos por lo incivil. Le pregunté como se llamaba y me dijo que Alicia en el país de las maravillas.

El tiempo como a todos nos engañó. Si una cosa tiene el tiempo es que nunca quiso ser de nadie.Ahora vivimos en un camión sin ruedas a las afueras de las afueras. Por suerte no somos felices, pero en el intento nos dejamos la piel y los besos. Se sigue desmayando cuando baila Rock. Pero ahora tiene quien la recoja al caer. (Creedme. Eso es lo único importante)

CUENTO DE INVIERNO


La chica del sombrero arrastra una silla por la nieve. Anda sin mirar atrás. Su cara no dice nada y eso provoca que en mí se despierten un montón de interrogantes. Me cuesta seguirla, siempre que estoy apunto de alcanzarla acorto el ritmo de mis pasos para no hacerlo.

Me gustaría ser Superman para ir volando hasta ella y preguntarle: “¿tiene algún problema, señorita?” Ella no sabría qué responder y yo me la llevaría volando en una hermosa mañana de invierno. Pero de momento no soy Superman, aunque no pierdo la esperanza, Estoy ahorrando dinero para una preciosa capa roja y empezar cuanto antes mis clases de vuelo sin dolor.

Sigo persiguiendo a la chica de la silla. ¿A dónde querrá llegar? La verdad es que me da igual, tengo todo el tiempo del mundo. Ignoro si esta última frase es triste o alegre.

Hoy es mi día de suerte, por el camino he encontrado una silla abandonada. Le falta una pata, pero no deja de ser una silla. Ahora estamos en igualdad de condiciones, los dos tenemos silla.

sábado, 22 de enero de 2011

Microrrelato ganador cadena ser. Emilio González. EL HOMBRE BALA.


Hace mucho tiempo que no cuelgo nada nuevo en mi blog y quería compartir con todos una buena noticia. Un microrrelato mio a resultado ganador semanal en el concurso a nivel nacional de micorrelatos de la cadena ser y escuela de escritores.

El jueves de la semana que viene participaré en la final mensual. Aquí os dejo mi microrrelato ganador EL HOMBRE BALA. Espero que os guste:

Nadie, en varios kilómetros a la redonda, sabría decir su nombre. Pero por su capa roja y su casco en forma de cono, todo el mundo sabía que era un hombre bala. Esta vez había aterrizado en el pajar de alguna solitaria granja de Arkansas. Se incorporó y se sacudió el traje volador percatándose que alguien le estaba observando. Una mujer le miraba con ojos curiosos. Él no la conocía de nada y tampoco nadie en varios kilómetros a la redonda, sabría decir su nombre. Pero por su capa roja y su casco de cono, todo el mundo sabía que era una mujer bala.